La vida es como andar en bici, sólo funciona cuando te mueves. ¿Te imaginas arrancar la primera pedalada sin fuerza y cuesta arriba? Es como estar vacío de metas y motivaciones. La meta que te propongas es la fuerza de ese primer impulso, y las motivaciones allanan la pendiente que tienes por delante.
Dicen que el ser humano está programado para elegir el camino más fácil. Si lo unimos al hecho de que tenemos el cerebro más desarrollado, capaz de modificar al resto del planeta a nuestro antojo, la suma sale que podemos llegar a ser unos vagos profesionales. Cero motivaciones, cero metas. Y eso es en lo que me convertí yo mismo durante muchos años de mi vida.
Tan vago era, que hasta:
- Tomé prestados los sueños de mi entorno. Pero me confundí de generación, y elegí la de mis antepasados. Ellos anhelaban un mundo sin cargas ni estrecheces, cuando a mi me tocaba soñar despierto.
- Me tragué lo que decía la caja lista sobre lo que tenía que hacer para ser feliz. Listas las personas que estaban detrás generando «contenido», tonto yo al hacerles caso.
- Creí en la panacea del trabajo perfecto en la empresa perfecta, cuando realmente estaba alimentado la cuenta de resultados de una y los ascensos de los otros. Yo que creía que compartiendo ganamos todos.
Pero todas estas experiencias negativas no fueron en balde. Aprendí que:
- Tomar prestados sueños te entrena para cuando surjan los propios, que surgirán..
- La vida que te venden los anuncios y la tele es la fachada de una casa que tiene un basurero detrás.
- Las empresas te tratan a caballo entre máquinas y centros de coste, y que el tiempo que les vendemos es nuestro bien más preciado. Ya que hay que venderlo, que sea a cambio de mucho dinero y algo de diversión.
Si eliges tus propias metas no le vas a poder echar la culpa a nadie si salen mal. Pero el camino se te hará más cuesta abajo al luchar por tí mismo, y cuando llegues, que llegarás a meta, serás la persona más feliz del mundo. Un tal Nelson, de apellido Mandela, se tiró en una cárcel 27 años. No dejó que los grilletes y los trabajos forzados pudieran con él. Cuando salió estaba preparado para liderar al país que le había privado de la libertad de movimiento, que no de pensamiento.
«Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.»
Nelson Mandela
Pero las metas por sí mismas no te hacen poder recorrer el camino, hace falta la gasolina para que tu motor no se pare. Hay 4 tipos principales de motivaciones:
- Yo tengo siempre revoloteando una mosca por encima de mi cabeza, a su ala derecha la he puesto de nombre “fuerza” y a la izquierda “voluntad”. Hay veces que consigue acercarse lo suficiente para posarse en mi cabeza, conectar por bluetooth con mi cerebro y dirigir mis acciones como si de un sargento se tratara. Pero el sargento rápidamente recibe un manotazo de realidad y escapa, para volver a revolotear esperando su nueva oportunidad. Según me he ido haciendo mayor he aprendido a no dejar ni posar al sargento. Solo me aporta frustración cuando se va.
- Una reina se quedó maravillada por como tocaba el piano uno de sus súbditos, tanto que al escucharlo con los ojos cerrados se sentía en el cielo. Pensó en voz alta, ¡Cómo me gustaría tocar así de bien! ¿Qué hace falta para poder tocar como tú? A lo que el pianista contestó -Sólo hace falta dar media vida-. Cuando uno queda enamorado del resultado del trabajo de otra persona es como tomarse un azucarillo, hace falta algo más de energía para el resto de media vida que queda por recorrer. Ahora coge un piano,que no has tocado en tu vida, y proponte en una hora que de tus dedos salga una canción.
- Si no voy al gimnasio, pierdo el dinero que he adelantado. Y cómo saben los gimnasios que por el hecho de haber pagado por adelantado no vas a ir, te ofrecen descuentos enormes por ese adelanto. Son las motivaciones negativas que te empujan. Pero a nadie le gusta que le estén todo el día empujando. En fin, metas vacías de motivaciones.
- He dejado para el final el plato fuerte, las motivaciones que salen dentro, del corazón. Son las motivaciones que te hacen subir montañas aunque nunca hayas escalado antes. Mi experiencia es que las cosas que realmente merecen la pena en mi vida me han costado un lago de sudor y lágrimas. Pero gracias a esas motivaciones que vienen de dentro he podido encajar los palos y encontrar la manera de seguir adelante, con un buen plan y el mejor equipo, mi familia y mis amigos. La vida es como andar en bici sólo funciona cuando te mueves
Para acabar no me queda más que recomendar la lectura de la auto-biografía de Nelson Mandela. 27 años privado de libertad física con sus metas y motivaciones en la cabeza, 30 millones de humanos como motivación.